viernes, 6 de agosto de 2010

En clave de fa

Por circustancias, en la vida, te vas encontrando con personas que te van marcando. En mi caso y desde muy temprana edad, esto es un diario.
No sé desde que edad conozco a "fulanito" o a "menganito"... no sé la primera conversación que tuve con "menganita" o con "sutanita" pero todos, todas, me marcaron a su manera. Podríamos decir que mi personalidad brilla por su ausencia o que mis ganas de mimetizarme con el resto es inagotable, o que mi deseo de aprender no se sacia. No me preocupa lo que pudiéramos decir. Es muy difícil que alguien se cruce en mi vida y no saque partido de una u otra manera. Es el caso de esta noche: Hace tiempo conocí a una persona que me maravilló su manera de ser. Casi sin darnos cuenta entramos el uno en el otro. Poco a poco, así como las piedras se forman, se fue forjando la amistad. Y casi sin darnos, o mejor dicho, sin darme cuenta, se volvió tan imprescindible en mi vida que dificílmente podría hacer algo sin contar con él. Con él y su entorno (su pareja, su negocio, su familia... su vida).

De vez en cuando nos vemos. Es una necesidad. Si no sale de él, sale de mí; no pasa mucho tiempo sin vernos. Cada vez que esto sucede mi espíritu se infla. Mi alma se adorna de colores, y mi ser crece.

Esto mismo podría escribir de muchas... muchísimas personas que en derredor mía conviven. Es maravilloso tener gente como él. Es maravilloso tener apoyos como tantos son. Es indescriptible la felicidad que esto provoca.

Gracias J.A.M.V. Gracias a ti, a tu pareja, a tu negocio, a tu familia, a tu vida. Gracias a todos, porque, he de daros las gracias.

Uno es lo que es, por estas cosas...

...y no hay que olvidarlas.

2 comentarios:

Alicia Murillo Ruiz dijo...

Cariño mío, calquiera que se acerca a ti no puede hacer más que quererte y cuidarte si tiene dos dedos de frente.

El Pájaro dijo...

Tú sabes que te quiero tela ¿verdad?