Estuvimos en clase de esgrima viendo a dos de nuestros maestros. ¡Dios, qué nivel! Acabamos de empezar y sé que me queda muchísimo por delante. Veamos cuánto duro.
De momento, aunque cansadísimo, se me quitó el dolor de cabeza, pero creo que me tragué una muela. La edad no perdona. Tuve que haber firmado el papel aquel de "inmortalidad". Cachis...
Voy a ver una película, y pal catre.
Buas noites
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