Quedan muy pocos días para año nuevo. Verdaderamente, año nuevo. Empezamos este año con un montón de cosas nuevas: piso, proyecto, grabaciones, amistades, deportes... y puede que algo más.
Es de esas veces que necesitas canalizar tu energía por algún lado, porque eres consciente de que si no, te revienta dentro, y solo Dios sabe por dónde va a tirar. Hay un montón de cosas por hacer. Un montón de ilusión y también, claro, un montón de pasta en juego.
El balance del año que termina, en general, ha sido bueno. Diría que buenísimo. He hecho todo lo que quería: VIVIR.
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