Me hacían falta unos zapatos como el comer. Fui al centro en bici, que para eso están, y después de ver un par de escaparates (me aburre sobremanera) entré en una zapatería.
Dependiente: -¿Qué desea?
Yo: -¿Unos... zapatos?
D: -¿Algún modelo?
Y: -Sí, unos que he visto en el escaparate -salimos ambos a la calle. -A ver... sí. Aquellos negros.
D: -Ah, muy lindos, pero hay un problema.
Y: -¿El número o solo quedan esos?
D: -Son de señora.
Os aseguro que eran preciosos...
7 comentarios:
Comprátelos, chochona.
Me di cuenta después que no me iban con el bolso.
Uichhhhhhh, eso si que no se puede permitir.
¿Y esa manía? Un vestido de un color, el bolso de otro. No pega nada, es más, una horterada. Ahora, si los zapatos son iguales que el bolso, entonces queda monísimo. ¡¡¡¡ Si es que son de Venus!!!!
PD: Po ar finá no le eché mojo a la canne, ¿tié cohone la cosa?
Po llevé dos botes y "estaba" regüeno. En fin, ya habrá otra ocasión...
¿A ver si por el escaparate lo que vistes y te gusto fue la dependienta y por eso no atinastes bien con los zapatos?
Pajaro tienes arte asta pa comprarte unos zapatos.
Un besote.
Que va, que va... era un muchacho. Y no de mi tipo precisamente...
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