Y un termo eléctrico, menos. El mío llegó a su fin. Gotea desde ayer. Esto me ha hecho recordar una Noche Buena (no tan buena) en la que al terminar la fiesta me fui a mi pisito de soltero con una persona con el fin de "rematar" la noche. Al abrir la puerta del piso una tromba de agua salió por ella como si de "La aventura del Poseidón" (1972) se tratara. Seguí el caudal y me llevó al cuarto de baño en donde el termo despedía agua como si fuera la fuente de la Palmera. Os podéis imaginar el resto: lo que quedaba de noche la pasamos recogiendo agua y más agua, ya que el termo era de cincuenta litros.
Afortunadamente rematé al día siguiente.
En fin... nada es eterno, y un termo eléctrico, menos.
5 comentarios:
Vaya racha que llevas con los aparatos, hermano...ten cuidadín con los que no son eléctricos...a ver si no vas apoder rematar más.
Ya sabes,hermano: "Siempre adelante..."
Los hambrientos lobos aullando estremecen/ cuando son mordidos por fieros mosquitos/ No se puede dormir con los gritos/ de miles de buitres, que el cielo oscurecen...
¿Cuándo nos cantamos una samba catástrofe? Ya os contaré...
Ea.Ya me tienes intrigado. Se te echó de menos, tronco.
Es lo que tiene de fascinante la vida, que se gasta.
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