martes, 23 de junio de 2009

Cerrando ciclos

Aunque más bien, tendría que hablar de espirales ya que tengo la sensación de no cerrar nada nunca. De hecho no me sorprendería nada que cualquier día me encontrara a alguien en mi casa sentadito en el sofá viendo la tele por dejarme la puerta abierta. Pues el título de esta entrada se refiere al curso de italiano, al hotel y a otras cosillas menores. Terminamos ayer con un examen el nivel "A 2". Si todo va bien, en septiembre seguimos. Pelín enganchado estoy a esto del italiano. Y en el hotel, de nuevo "vacaciones obligatorias". Los directivos se reúnen en agosto para decidir si hay o no pianista este año, y si lo hay, si entra en septiembre o en octubre. ¡Qué plan! De momento, los días de la semana están libres para un montón de cosas (verás qué pronto se ocupan).

Hablando por hablar, me topé ayer con una vieja partitura de Chopin (su "Preludio" del op. 28, nº 4). Una pieza que tenía olvidadísima y que es una delicia tocarla y escucharla. Pero os aseguro que tocarla es... una sensación indescriptible, como todo Chopin. Se eriza la piel, saltan las lágrimas, el corazón se encoge... Grande Chopin. Grande. ¿Qué le pasaría a este buen hombre por la cabeza cuando compuso esta pequeña maravilla? ¿Las conexiones neuronales de estos tipos son las mismas que la del resto de los mortales? Realmente lo dudo. ¡Qué duro para gente como ésta vivir en un mundo como éste!

Vamos, que me "viá tomá una frehquita" a tu salud, viejo amigo.

¡Va por ti, Chopin!
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Por cierto en este enlace, tenéis una patética versión de dicho preludio que es digna de escuchar. Sobre todo... ¡el perro ladrando!

8 comentarios:

Juan dijo...

A ver si al final nos vamos a ver a la salida de sitios poco recomendables en donde a Chopin se le aprecia...regular.
Espero que la liberación de horarios conlleve ocupación con mala gente entre las que me cuento.
Un beso, hermano. Nos vemos en cualquier vuelta de nuestras espirales.

El Pájaro dijo...

Pues vamos a tener que vernos "ya de ya", antes de que ocupe esas horas. Jo, qué ganas de verte, hermano.

Patricia González dijo...

Uy, qué verdad... Yo tuve este preludio en el atril por un tiempo así para los momentos de desconectar, jejeje...

La versión que recomendaste está muy mona, pero ¿no te pone nervioso mirarle la mano derecha? A mí sí, uuuuuh.

El Pájaro dijo...

¿Verdad, Patri, que es delicioso? Por cierto que a mí también me da un poco de "grima" la mano del chaval este (Sergio Tiempo) pero lo borda. Lo veo bastante a menudo en la cadena "Mezzo".

Adolfo dijo...

Chopin? Polacos? De esos que los alemanes y los rusos nunca se repartieron bien? Ese que ponía perdido el piano cada vez que tosía, allá en Valdemosha-dígase con acento mallorquillense-?

Cuando os daréis cuenta de que la música empezó con Wagner y después decayó y decayó hasta Chenoa, y ya no pudo decaer más.

Panda modelnos, eso es lo que sois.

Grrrrrrrrr. Wagner, ritorna vincitore!!

Adolfo dijo...

Por cierto, felicidades, Juan.

El Pájaro dijo...

Querido Adolfo, ya sabes eso de "Cada vez que escucho a Wagner me entran ganas de invadir Polonia" (W.A.) pero es que tú eres "mú hevi"

Pdt: Aún no me he sentado a ver lo de Sinenómine, así que voy p'allá ahora mismo.

Vicente dijo...

Cada uno que cierre los ciclos que quiera, pero vamos a ver si vamos abriendo botellines, que ya es verano:)
Me gusta Chopin, me encanta Wagner (ya os contaré la última con Jesús y Javi, vaya sindiós) y sobre todo me haría falta veros a todos tres y por favor, obviemos rimas con mangas y baldrés, hablando de Sinenómine.
¿Cómo tenemos la primera mitad de agosto, añorados hermanos de sangre, de beca, de San Francisco?
Un día os contaré dónde nos encontramos los cuatro. Yo corría -órdenes del penúltimo entrenador del Betis- en la humeante Apodaca y un loco que se dijo amigo de mi hermano se puso a correr a mi lado. Debut y despedida: no somos personas de correr.

Queridos: feliz verano. Os echo de menos.