miércoles, 10 de junio de 2009

Ese lado oscuro...

Me atrae. Lo veo de lejos y no puedo evitarlo. ¿No os pasó nunca que, sabiendo que algo está mal, irremediablemente lo hacéis? Pues eso: seguro que me da unos quebraderos de cabeza locos, pero... es tan atractivo el lado oscuro... Lo veo venir, poco a poco. Lentamente. Me tienta. Me seduce. Me roza con la punta de sus dedos, y la punta de mi pensamiento le acaricia su negro velo. Veo este lado oscuro con unos inmensos ojos y un montón de nuevas melodías que seguro van a hacer que me sumerja en ambos: en sus ojos y en su música. ¡Dios! No es por justificarme, pero ¡si vierais esa seductora mirada! ¡Si escucharais su música! Seguro que os atrapaba como, seguramente, hará conmigo. Qué remedio. Al fin y al cabo, soy débil para ciertas cosas.

Pero es que voy hacia allí. Fijo. Seguro. Vamos... que ahora vuelvo: voy a jugar un ratito con el lado oscuro. Total, será solo un ratito. En serio que vuelvo... Que no me quedo allí... Anda... dejadme que lo pruebe...

4 comentarios:

Patricia González dijo...

Tú haz como Teseo y deja un cordelillo para saber volver... Pero llévate también unas tijeras, no sea que cambies de opinión durante el viaje...

;)

El Pájaro dijo...

Las tijeras... ¿para el viaje de ida, o el de vuelta? ;)

Juan dijo...

Da lo mismo pero factúralas o no te las dejan pasar...y te veo a bocaos con el cordelito ¿eh?...

Alicia Murillo Ruiz dijo...

Pájaro, te lo he dicho mil veces: ¡Hay que pagar los impuestos!
Es tentador pero peligroso eso de esquivar a los de Hacienda.