jueves, 29 de noviembre de 2007

A un amigo

Estaba él tristoncillo el otro día, por un asunto que no pondré, y se me ocurrió esta

Octava Real

Conserva, amigo mío, tu sonrisa,
que poca cosa, en esta vida corta,
tiene más valor que el que precisa
vivir, para vivir, si se soporta.
Pues siendo así la vida de concisa
tendremos que decir: "no nos importa,
por mucho que el destino dé la vara,
no borrarás la risa de mi cara".

1 comentario:

nino dijo...

Tu verso por mi falta de sonrisa
(escrita melodía en octograma)
confirma que en tu pluma encierras brisa
y el canto te llegó de buena rama.
Por eso, aunque vueles muy deprisa,
te anillo con mi estrofa que proclama
que hoy vuelvo a tener sonrisa suave.
Morituri te salutant, mi ave.