miércoles, 25 de marzo de 2009

Un día hermoso

Le hemos dado la bienvenida a la vida a una persona muy especial. Todavía quizá, no es persona, con mayúsculas y góticas, pero lo será. Seguro que lo será, pues hoy se han comprometido cuatro (cinco con la ausente, pues la madrina por poderes está más comprometida que nadie) personas a que lo sea.

Ha sido precioso. "Secondo me". Parecía que entendía todo lo que pasaba a su alrededor. Miraba y escuchaba cualquier suspiro (su madre) cualquier lamento (el padre) o cualquier pausa (la mía). Cabal tu impronta, Adolfo. Segura, convincente y soberbia. Impresionante aliento, soprano mía. A mi parecer, la guinda y nata necesaria para su degustación. Tu angustia, querida Mariangeles, sobrecogió mi alma sobremanera, pues es difícil tu tarea. Martina... la tuya es la más complicada de todas. Entendiste al punto el significado de ello, y sabes que no es ahora, sino en un futuro cuando has de esgrimir tus artes. En ti confían; en ti confío.

Papá, mamá... ha sido un verdadero honor. Espero que todos estemos a la altura y que en un futuro Moira nos pueda mirar a los ojos uno por uno sin reproches, y con orgullo. El orgullo de esas personas que hoy han estado con ella, dándole y asegurándole su porvenir.

Me falta alguien... ¡Ah, sí! ¡Mi Juan!

¿Sabes que hablaste tú? Solo fui catalizador de tu espíritu... una vez más. Gracias, hermano.

Bienvenida a la vida, querida Moira.

5 comentarios:

Adolfo dijo...

Saludos, buen Pájaro. Fue una hermosa anoche, en la que, como bien apuntas, había más gente allí que la presente, y eso se percibía.
Cosas así le reconcilian a uno con la Humanidad, desde la pasmosa serenidad de Moira hasta el respetuoso juguetear de Arik, tan lejos ambos de la dieta educativa mediterránea. Gracias por tus amables palabras. Pocas personas como tú encarnan el concepto "entrañable."
Un abrazo.

Artefactum dijo...

Entre compañeros, hermanos y amigos, las lágrimas compartidas son una clara muestra de estar en posesión de un tesoro imposible de superar ... Las nuestras de ayer entraron en los anales de esos momentos que, entre compañeros ( de batallas y aventuras ), hermanos ( de leche, culto y años ) y amigos ( de verdad )nunca, nunca se van olvidar.
Todos los allí presentes - orgullosamente presentes - somos conscientes de la grandeza de la pequeña ceremonia que nos reunió en torno a la, evidentemente, afortunadísima, Moira. Pienso que pocas criaturas cuentan con una tan especialísima y selecta guardia pretoriana como la que ayer se consolidó en torno a los cuatro elementos, y qué elementos!, que, de la mano de nuestro inigualable maestro de ceremonias, confluyeron en el cuerpo, el alma y el corazón de nuestra querida Moira ... Gracias compañeros, gracias hermanos, gracias amigos ... Carina y Álvaro

Alicia Murillo Ruiz dijo...

Algo que objetar al la ntervención de los papis. De la grandeza de vuestra niña es consciente también quien no estuvo presente. Además tus hermanos, Alvarito, no son de leche... son de vino, incluso las abstemias.
Besos y felicidades.

Juan dijo...

La liturgia consiste en revestir de símbolos tangibles la verdadera comunión espiritual para que se haga un doble camino: por un lado manifestar de una forma externa aquello que se siente, por otra ayudar al sentimiento a revelarse de una forma palmaria.
Si conseguimos alcanzar, a través de un acto sencillo, el momento místico (en tanto que misterioso)de verdadera hermandad con un fin tan heróico como la educación armoniosa de una criatura, me alegro y me congratulo por ello.
Mis más sinceras felicitaciones a todos. Fuerza y Honor.

El Pájaro dijo...

Adolfo: Si señor, que el chiquitín de Arik se comportó como nadie.

Ardemagnun: Mimadita que estará, la cría. Como debe ser.

Ali: Ayyyyyyy, mi shica, que yastá en su tierra... Nada, pal bautizo de mi mieto, te vienes.

Juan: Sabias palabras, como siempre. Y gracias a ti, hermano.