Le hemos dado la bienvenida a la vida a una persona muy especial. Todavía quizá, no es persona, con mayúsculas y góticas, pero lo será. Seguro que lo será, pues hoy se han comprometido cuatro (cinco con la ausente, pues la madrina por poderes está más comprometida que nadie) personas a que lo sea.
Ha sido precioso. "Secondo me". Parecía que entendía todo lo que pasaba a su alrededor. Miraba y escuchaba cualquier suspiro (su madre) cualquier lamento (el padre) o cualquier pausa (la mía). Cabal tu impronta, Adolfo. Segura, convincente y soberbia. Impresionante aliento, soprano mía. A mi parecer, la guinda y nata necesaria para su degustación. Tu angustia, querida Mariangeles, sobrecogió mi alma sobremanera, pues es difícil tu tarea. Martina... la tuya es la más complicada de todas. Entendiste al punto el significado de ello, y sabes que no es ahora, sino en un futuro cuando has de esgrimir tus artes. En ti confían; en ti confío.
Papá, mamá... ha sido un verdadero honor. Espero que todos estemos a la altura y que en un futuro Moira nos pueda mirar a los ojos uno por uno sin reproches, y con orgullo. El orgullo de esas personas que hoy han estado con ella, dándole y asegurándole su porvenir.
Me falta alguien... ¡Ah, sí! ¡Mi Juan!
¿Sabes que hablaste tú? Solo fui catalizador de tu espíritu... una vez más. Gracias, hermano.
Bienvenida a la vida, querida Moira.